Queridos amigos:
Mi experiencia de los 42K, sigue siendo maravillosa. El sentirse bien desde el inicio hasta el final, es lo mejor que te puede pasar.
Llegue a Viña después de dejar todo “arreglado” en Santiago (hijos, comida, perro, casa, etc). Todo comenzó el día sábado con los preparativos previos (gel, isotónicas, barras energéticas, ropa de cambio, elegir poleras, etc).
Llegué como a las 17 hrs a retirar mi kit, no encontré a nadie de corredor chileno, me sacaron algunas fotos, y me fui a descansar. En la tarde cené una rica pasta con mariscos y mucha agua.
Llegó la noche, traté de acostarme temprano, pero fue muy difícil con la ansiedad que tenía. Puse el despertador a las 5 de la mañana y traté de dormir. Me desvelé en la noche, asi que al final dormí muy poco, y no me di ni cuenta y ya era hora de levantarse, tomar desayuno, relajarse y partir.
Eran las 6:40 de la mañana cuando llegué a la partida. Ahí me encontré con Bernar, que también corría los 42K, con una voluntad de oro, me trajo los gels tal como lo habíamos acordado. Conversamos sobre la carrera y nos dimos ánimo antes de partir.
Llegó el minuto de la cuenta regresiva y partimos hacia la meta. El comienzo de los 42K es muy monótono para mi, se ven casas, cerros, el paisaje no es muy agradable. Ésta etapa es más bien rápida, al llegar a Ventanas , es como el punto inicial de la maratón, lo único que quiero es pasar rápido debido a la contaminación, y seguir hacia los puntos de hidratación, que para mí son puntos de referencia que me acortan la distancia.
Después de los 20K, todo es más bello, empiezas a ver el mar a lo lejos, las dunas, y el camino se llena de árboles y perfumes de campo. Te vas inspirando y llenando tus pulmones del buen aire. Durante todo el recorrido se siente el apoyo de la gente, con letreros de ánimo, aplausos, te evades de la carrera y te alientan a seguir. Mi pensamiento en este momento de la carrera, es llegar bien a los 25K, para así enfrentar los 30K que son los más duros.
Al llegar a Con-Con solo faltan 12K, que se hacen en la parte más bella del camino, todo el borde costero es maravilloso, el rugir de las olas se hacen sentir. Todo este paisaje es perfecto y te llena de energía, vitalidad, y hacen que los últimos kilómetros se acorten y se hagan más llevaderos.
Pasar por los 40K es ya lo último, y tu meta final se acerca cada vez más. Vas concentrado en llegar al final y que nadie te adelante. Estos últimos metros son muy importantes, ya que se acerca la meta y pones tu último esfuerzo para llegar.
Al cruzar el arco en la meta, lograste tu objetivo, llegar bien que es lo principal. Miras tu tiempo y este instante agradeces a todos los que te dieron buenas vibras, cariño y apoyo. Me acordé de los entrenamientos, que me ayudaron mucho, me acordé de todos mis amigos de corredor chileno.
Al rato encontré a Bernar, que estaba todo mojado, se había ido al mar, olvidando que estaba con sus documentos, celular, mp3 en su banano, pero nada importaba, él estaba feliz de cumplir con los 42K. Nos contamos nuestras experiencias, y nos despedimos para ir a descansar.
Me fui a una pastelería en Reñaca, a disfrutar de un rico desayuno, que me devolvió un poco la energía perdida.
Ya más tarde, después de descansar un rato, me dispuse a disfrutar de un rico pescado mirando el mar y recorriendo con mi mente el camino de los 42K.
Gracias a todos, les envío mi cariño.
Pauli.
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